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Mi mujer es una
Mi mujer es una Queridos míos, A veces me llegan historias, no sabría deciros si simplemente me las invento o las intuyo, quizá es la vida de alguien que me pide que yo os la cuente.... pero el canal es lo de menos. Muchas veces me corto y no llego a escribirlas o las borro antes de publicar. Hoy esta historia llegó a mi mente en medio de un momento íntimo y ayudó a hacerlo un momento muy especial. Está narrada por un hombre pero salió así.... espero que os guste. 1. Antecedentes "Mi mujer era, o eso creía yo, una mujercita dulce, muy inteligente, pero lo que muchos hombres solemos llamar una "mojigata", una mujer a la que no le interesaba el sexo, quizá se reprimía.... las causas no el objeto que me lleva a compartir esto con vosotros. Desde novios pasamos mucho tiempo juntos, teníamos nuestra intimidad pero escasa. A mí me daba cierto corte proponerle nada. No ponía caras de asco ni nada similar, tan solo se hacía la loca y pasaba del tema. El sexo era por lo general soso, rápido y sin emoción de ningún tipo. Yo soy muy morboso y la situación se me hacía un poco cuesta arriba porque ella es bonita y tiene un cuerpo magnífico y yo la deseo, siempre la deseé y deseé hacer todo tipo de escenas, posturas y perversidades con ella. De algún modo ella despertaba eso en mí pero luego era gélida cuando intentaba acercarme. Nos casamos a pesar de todo porque nuestra vida en común era feliz, tranquila, sin sobresaltos. Salvo el sexo que yo deseaba, esperaba, necesitaba con cierta desesperación cuando la tenía cerca, me daba todo lo demás y a veces algún encuentro que en realidad me dejaba con la miel en los labios. No podía entenderlo, "desprende sensualidad por todos sus poros", pensaba yo, y en las veces en las que acabábamos teniendo sexo a veces atisbaba en ella pensamientos que, de un modo que no podría explicaros, no me cuadraban. La inseguridad se apoderaba de mí y de mi hombría aunque me da cierto reparo admitirlo, y con gran culpabilidad, me enredé en algunas aventuras con mujeres desinhibidas sexualmente y cada uno en cierto modo teníamos nuestra propia vida y salidas. 2. La sorpresa Un día acudí con una amiga a un local de intercambios un tanto oscuro y siniestro, quizá por la temática del local. Mi mujer se había ido con unas amigas a cenar y yo por mi parte había hecho mis planes también. Como ya era tardecillo nos encontramos el local animado y al parecer había alguna especie de fiesta de gang bangs o intercambios y varias parejas daban rienda suelta a sus impulsos en medio de gemidos y respiraciones entrecortadas. En un rincón una mujer vestida de cuero negro de arriba abajo le estaba dando lo suyo a un hombre con las manos esposadas a la espalda, el torso desnudo y prendas de latex. Continué con mi amiga por el pasillo y llegamos a otra salita más recogida. Tres personas estaban en medio de una escena de doble penetración. Ambos parecían ser tipos fornidos y por la forma en la que ella gemía e incluso gritaba, bien dotados. Nos quedamos mirando como inmantados por una sensación de morbo irresistible y ella captó mi mirada girando su cabeza hacia mí al tiempo que se retorcía entre ambos. Mi sorpresa fue mayúscula, no sé si mayor o menor que la suya. Sin embargo no pareció demasiado encontrarse sorprendida en esta situación. Pensé, y más tarde ella me lo confirmaría, que yendo a lugares públicos tarde o temprano lo descubriría y al fin y al cabo yo estaba allí con otra persona también. Como yo tengo un carácter bien templado y encajo bien los golpes, me limité a apoyarme en la pared que encontré más próxima con cierta lentitud y cruzar mis brazos, al tiempo que vi en la expresión de sus ojos que ni tenía intención de parar ni le importaba mi reacción. Me conocía bien, nos conocíamos bien, incluso dadas las circunstancias. Pude leer en sus ojos una mirada de "ya te lo explicaré todo, ahora sólo mira y disfruta". Lo cierto es que mi amiga también reaccionó admirablemente bien. Es una mujer magnífica y nos conocemos desde hace tiempo. Se percató inmediatamente de la situación y estaba casi divertida. La verdad es que la cosa resultaba un poco cómica si me lo permitís. 3. La explicación. Cuando todo acabó salimos del local. Antes de eso acompañó a sus dos compañeros de "faena" y la ví abrazarles amistosamente mientras uno de ellos deslizaba algo muy discretamente en el bolso de ella. Esto me dejó sin habla.... aquí ya deseaba una explicación. Y la explicación llegó. Llevamos a mi amiga a su casa y Nos fuimos a un local íntimo donde se podía hablar discretamente. Me explicó que nunca había podido decirme nada porque en el momento en el que hablara tiraría del hilo y lo descubriría todo y de algún modo aunque fuera un engaño, me dijo mirándome a los ojos, era mi forma de preservarme, de salvaguardar la parte de mi vida que es sólo mía y de quien yo quiero. Sabía que se jugaba nuestro matrimonio, mi comprensión y muchas cosas más y me explicó que rechazar el sexo o comportarse de forma pudorosa en él era parte de una bien labrada segunda piel que se había montado pero al mismo tiempo ella sabía que yo era liberal y que no lo encontraría una traición -o eso deseaba pensar, añadió- el día que lo descubriera. Me contó que lo que uno de esos hombres había deslizado en su bolso era un sobre con dinero. Ellos le pagaban por un servicio. ¿Prostituta? bueno, me dijo: yo no necesito el dinero. Es casi una perversión, una vía de escape. Una manera de cuantificar mi capacidad de proporcionar placer a personas, hombres, mujeres, de cumplir fantasías, .... sí. Quizá resulte vulgar y esté muy oído ya, me dijo. Yo no sólo practico sexo. Yo lo disfruto, y lo hago disfrutar; es un reto y un arte y esto es por lo que yo recibo dinero y me gusta hacerlo, amo hacerlo. Practico artes de masaje y técnicas orientales más allá de lo que todo el mundo conoce para las que me he preparado concienzudamente. Doy placer, una experiencia para los sentidos. A veces no es sexo pero la persona se va sintiéndose plena, llena de energía, con la sensación de haber tocado el cielo con la punta de sus dedos, de haberse curado de insatisfacciones sexuales o vitales o ambas. Al terminar me miró con un brillo en sus ojos inusual, ligeramente desafiante, pero dulce. Tomó mi mano y me dijo..... vamos a casa.... déjame mostrártelo.... No pude resistirme. A partir de ese día supe que la amaba aún más pero además me volvía loco.... aunque eso ya es tema para otro día. Espero que os haya gustado. ¿El porqué del título? la palabra "golfa" me gusta. Me hace pensar en una mujer que disfruta de verdad del sexo y de su cuerpo y entrecomillado está dicho con cariño. Feliz noche. En el amor como en la guerra..... ¿todo vale? http://doloressinner.blogspot.com.es/ |
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Interesante... jejeje Mi inspiración, es tu cuerpo de mujer
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10/5/2015 5:47 am |
Benditas "golsfas" que nos dan alegría en la vida, ojala todo el mundo pudiera disfrutar con una. Buena historia guapa, como siempre un placer leerte. bss
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Me gusta... pero es una situación entre mil... no se yo si habría de esperar ese tipo de reacciones. Bendita complicidad, cariño y amor al engaño declarado!!!
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10/3/2015 7:35 am |
Buena historia con final feliz Manuelete444
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10/3/2015 1:01 am |
Me encantan las esposas golfas........mmmmmm
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