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ACTITUDES MATAPASIONES EN GENERAL  

Moirasapiasexual 54F
0 posts
2/20/2016 12:14 pm

Last Read:
2/21/2016 1:11 pm

ACTITUDES MATAPASIONES EN GENERAL

aquellos comportamientos o situaciones que, definitivamente, frenan o ‘apagan’ los deseos de un encuentro amoroso. Una psicóloga especialista en temas de sexualidad hace un listado de los más frecuentes o graves, y sugiere cómo enfrentarlos.

Mata-pasiones para las mujeres
:•Un hombre desnudo y con los calcetines puestos. (¡Peor aún si los calcetines feos o viejos!). Además de lo anti-estética que resulta esta imagen, revela una cuota de despreocupación del hombre por parecer atractivo y seductor para su pareja. En esta categoría, María Inés Zavala incluye otras, como un calzoncillo desteñido, sucio o gastado y el abuso del gel en el peinado. (Para muchas mujeres, acariciar un cabello duro y acartonado no es nada sexy).

•Que el candidato tenga sindrome de Edipo o Mamitis y tenga actitudes como llevarte a su casa, mientras su mamá está durmiendo en la pieza del lado… María Inés Zavala afirma que “cuando el grado de ‘mamitis’ es muy grande, estos hombres están casados dos veces: primero con su mamá y luego con su mujer. En estos casos, no hay mucha posibilidad de cambio; ¡Yo casi lo desecharía de plano!”. Sólo hay una esperanza, dice esta profesional: cuando la madre es colaboradora, deja crecer a su hijo y lo ayuda en el proceso de desapego.

•Un eyaculador precoz. Nada que decir sobre este punto...

•El que va ‘al grano’ demasiado rápido, sin hacer un trabajo previo. En la mayoría de los casos, esta actitud, en vez de encender las pasiones, las inhibe.


Mata-pasiones para los hombres:
•Descuidos en la higiene y presentación femenina. Entre ellas, axilas sin depilar o sin desodorante, sostenes acartonados y con alambres a la vista, ropa interior demasiado grande, antigua o desgastada y medias rotas. Algunos evitables, pero otros difíciles de prever (sobre todo cuando se trata de encuentros amorosos inesperados). En tales casos, esta especialista recomienda actuar rápida y astutamente. “Si el sostén es inadecuado, claramente hay que sacárselo en el preámbulo, porque para el hombre resulta una lata toparse con algo duro, acartonado y con alambres”.

En algunos casos, los sostenes tipo ‘push up’ pueden crear falsas expectativas en el hombre, porque -al sacarlos- se da cuenta que esos pechos maravillosos y voluptuosos no eran tales. “Es muy diferente cuando él toca los senos sin intermediarios, tal como realmente. El tacto de piel a piel produce una sensación muy diferente”, apunta María Inés.

•Una mujer quejumbrosa. Éste es uno de los más importantes mata-pasiones, según esta especialista. “Se refiere a aquellas mujeres que se quejan todo el día; del tiempo, del gobierno, de la pega, del tráfico, de los hombres, de la familia y que a la hora de un encuentro íntimo, les molesta la almohada, reclaman porque el traguito estaba muy fuerte para su gusto, que la música no era su favorita, etc. ¡Mujeres agotadoras!”

•Que ‘se le salga un exabrupto’ (gas) durante el acto sexual. “Hay que tratar de contenerse lo que más se pueda y eso es más fácil si la musculatura de la zona pélvica está en buenas condiciones. Para lograrlo, es bueno practicar los ejercicios de Kegel (contraer y relajar los músculos de esa zona, como al orinar) que además de ser estimulantes, previenen el prolapso genital. Y si no se pudo contener dignamente, hay que dejarlo pasar y, por ningún motivo, ponerse a toser para aplacar el bochorno.

•La rutina sexual. “Básicamente, tiene que ver con creerse el cuento y desarrollar la posibilidad de ser mil mujeres en una, con cambiar, descubrir, investigar, reír, con atreverse a jugar, y sobre todo, salir de la rutina desatando la creatividad que hay en toda mujer”, señala esta profesional. Para quienes están escasas de ideas, una nueva alternativa los talleres de Educación para el Placer que dicta la propia María Inés.

•Actitud pasiva, fome. “Para el hombre resulta mata-pasiones encontrarse con una mujer que, frente a los preliminares, sólo sonríe, se mueve para donde la muevan, acepta pasivamente las caricias y la posición que le designa el hombre, (sin pedir nada), que no responde de manera efusiva, no propone, sugiere ni se preocupa por seducir…es literalmente hacer el amor con una muñeca”, sostiene.

Tampoco se trata de llegar con látigos y esposas -aclara- a veces, eso hasta podría espantar a la pareja (a menos que sea un juego programado en común acuerdo). Pero sí, interactuar y tomar parte activa en el encuentro amoroso.

Mata-pasiones para ambos sexos
•Los celos desmedidos, porque siempre están produciendo roces, malentendidos, dudas, revisión de correos, teléfonos, etc. “Esto hace que la persona celada esté siempre preocupada de lo que dice o hace su pareja, no dejando tiempo para crear imágenes mentales positivas o eróticas, lo que termina destruyendo la magia de un encuentro. Y cuando la parte sexual queda en un segundo plano sólo va a producir incertidumbres en el otro”

•Expectativas no cumplidas. Es decir, cuando se comprueba que aquello que se prometió durante la seducción -aunque sea sin palabras- es verdad. Por ejemplo: grado de pasión y libertad sexual, higiene, deseos, experticia sexual, tangibilidad en la desnudez e imaginación.

•Malos olores, que en todo caso dependen mucho del grado de tolerancia de la pareja.


El hombre orquesta

El chiquillo es guapo, te mira desde un lado de la fiesta y tu cocoroca te ríes haciéndote la tonta. Despachas a tu amiga cuando te percatas que se te acerca. Lo lograste y celebras como un futbolista emocionado en tu interior cuando te comienza a hablar. Te imaginas el menú del matrimonio y poniéndole el nombre a los hijos hasta que el candidato se pone a bailar… y ahí: la debacle. Él es ese hombre que no baila, sino que simula tocar instrumentos tales como la batería, guitarra eléctrica, teclado y hasta el triángulo. En definitiva no baila contigo, si no que básicamente está en su concierto de rock personal. Ha llegado a tu vida “El hombre orquesta”, un flagelo más común de lo que se piensa.

Modo de salvataje extremo: wasap secreto a la amiga rogándole que simule jaqueca con riesgo vital. Obligada a parar el baile y acompañarla. Vuelves a respirar en paz.

El diminutivo

Esto es un prejuicio personal y basado en historias de mi juventud, pero me mata la pasión el hombre que no es capaz de diferenciar entre el lenguaje tierno y el derechamente ñoño. Una vez me tocó uno que construía todas sus frases en diminutivo sin discriminar: “¿Te tincaría salir a tomarnos un traguito en un barcito que me recomendó mi mamita?” ¡Santo Dioooossssss, vi bajar por mi cabeza a todos los monos del continente americano! No sé por qué, pero no tolero el hombre pastilla de chiquitolina al hablar.

Modo de salvataje extremo: Tu teléfono justo está con problemas de conexión exclusivamente con ese número. Entonces cuando te llama no escuchas nada: “Aló, aló no se oye, te perdí, alóooo”. Muy triste todo, pero no te puedes comunicar con el chiquitín amorosín. Santo remedio.

El más pretencioso que tú

Quiero ser clara, en este punto no es que queramos al hombre de las cavernas, que se lava el pelo cada 15 días y tiene más guata que madre de sextillizos. No. Pero hace unos días conversaba con mis sobrinas jóvenes y me contaban que odiaban a ese hombre que se arregla más que ellas. Ese que en su baño tiene cremas hidratantes, jabones para exfoliar la piel, más de tres perfumes y unos sérum que obvio que olvidamos ponernos en las noches. O ese tipo con el que sales a comer a un lugar bacán y después que pediste el plato más chancho de la historia, el pide una ensalada César con una bebida light. O sea no. Uno ya tiene que competir con las amigas, hermanas, compañeras de pega, suegras e incluso la propia madre, ¿para agregarle la variable pololo? Como dice la sabia canción: “Hay un límite que rompe el deseo”. Y aquí se aplica totalmente.

Modo de salvataje extremo: Contarle que el ultimo jeans no pudiste abrochártelo y mostrarle que te apareció la primera cana. Todas declaraciones que en una situación feliz las ocultarías como secreto de Estado, pero que aquí serán la excusa perfecta para hacer que incluso sea él el que te diga next.

El tuerca de submarino

Hace unos meses escribí aquí mismo una columna en la que criticaba esa frescura de algunas mujeres de esperar que los hombres les paguen todo. Sin embargo, el otro extremo… el hombre tacaño, el que cotiza hasta la bebida a la que te va a invitar, es muy matapasiones. Una vez supe de un candidato que le pidió a la chiquilla que dejara la propina y sin asco sacó la mitad y la guardó en su billetera. O ese que te invita a una comer y te anima con mucha insistencia a compartir el plato porque según él “no tiene tanta hambre”. Las mujeres no queremos salir con Leonardo Farkas (al menos en mi época de soltería no me interesaría), pero ver a un hombre analizando la cuenta con más ahínco que el nuevo auditor de La Polar, me hace perder todo interés. Porque un hombre avaro en la conquista es una mala señal. Porque para hombres más apretados que tuerca de submarino no estamos. Me imagino altiro haciéndole la ropa a la descendencia con las cortinas viejas cual Froilán María.

Modo de salvataje extremo: Pídanle a sus amigas pudientes carteras de marca que sean bien llamativas, lleguen con unas 9 bolsas de zapatos nuevos a la cita y mientan diciendo que el mall es su paraíso terrenal. Le dará un shock nervioso y afirmó que nunca más las volverá a llamar.

El acosador

Una cosa es cachar que le gustas a alguien y otra muy distinta es tener que tolerar al que te mira sólo como si fueras un bistec con papas fritas. El tipo que va al funeral de tu abuela y se aprovecha de la situación para abrazarte como si bailaran lambada, el que cuando compartes un ascensor tienes que usar gas paralyzer para alejarlo o el que siempre te saluda con un beso cuneteado, está lejos de ser el galán que seguramente está convencido que es. A las mujeres nos enamoran los hombres a los que se les nota que les gustamos, pero ante todo los que nos escuchan, discuten, hacen reír y conocen. El que tiene el síndrome de la gotita es matapasiones y francamente agotador. Tómense algo helado y vuelvan cuando lo hayan superado cabros.

Modo de salvataje extremo: Aquí y por el bien de la humanidad, el mejor salvataje es decir la verdad. Porque no puede ser que haya que salir con el hermano de chaperón, o dejarse el bigote para no sentirse acorralada. Así es que sin anestesia y con toda la valentía pedirle fuerte y claro: ¿Me dejas respirar por mi misma porfa?




MoiraSapiasexual


Moirasapiasexual 54F

2/20/2016 12:54 pm

    Quoting  :

jajajaj si claro..pero alguna vez me toco uno que no se le salio un gas en el acto sino despues a sabiendas ..totalmente mata pasión y cero respeto... en cuanto al cunilingus o fellación no me interesan los hombres que te exigen eso...ni que no son capaces de darte a ti un buen sexo oral..NEXT ALTIRO Saludos!

MoiraSapiasexual


Moirasapiasexual 54F

2/21/2016 1:11 pm

    Quoting fasamo2:
    Muy bueno. Uno más: Los que no paran de hablar de sus ex.
Siiii...tuve un caso así...que hablo muy mal de ella..que era puta,que trabajaba en un club de desnudistas,que era ordinaria,etc... y despues al año habían vuelto..y yo le dije oye que no opinabas tan mal de ella? Me dijo nooooo..nada que ver..se hizo el huevón...Me imagino que dijo de mi jajajaja..Un hombre que habla mal de la madre de sus hijos o su ex..hará lo mismo conmigo...

MoiraSapiasexual


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